lunes, 22 de agosto de 2011

Hacia la segunda recesión en W


Por: Floyd Norris, 
The New York Times
Nueva York.- Pasaron tres décadas desde que Estados Unidos sufrió una recesión que llegó pisándole los talones a una recesión anterior. Pero podría estar sucediendo nuevamente. El imparable aluvión de malas noticias económicas de las últimas dos semanas pintan el cuadro de una economía que ha caído más bajo y se ha recuperado mucho menos de lo que todos pensábamos.
Cuando el país fue golpeado por la Gran Recesión -como será conocida seguramente en el futuro-, existía un amplio consenso político sobre la necesidad de que el gobierno estimulara la economía. El gobierno lo hizo, y la recesión se detuvo.
Pero la Segunda Gran Recesión, en la que posiblemente estamos entrando, generó una respuesta distinta. Ahora, los políticos se debaten por ver cuánto pueden recortar el gasto. Después de meses de peleas, aprobaron una ley destinada a forzar nuevas reducciones del gasto público.
Si éste es el comienzo de una recesión doble, tendrá dos importantes puntos en común con la de 1980 y 1981-2. En ambos casos, la primera recesión fue causada en gran parte por una súbita retracción del crédito en la economía. La recuperación llegó cuando se recuperaron las condiciones del crédito.
Y en ambos casos la segunda recesión comenzó en un momento en que las políticas de gobierno usuales para combatir la debilidad económica no parecían viables. En aquel entonces, la necesidad de combatir la inflación llevó a descartar una política monetaria más flexible. Ahora, la percepción de que hay que reducir el gasto público lleva a descartar una política fiscal más tolerante.
Hacia fines de 2007, la economía de Estados Unidos cayó en lo que a primera vista parecía ser una leve recesión. Pero el declive se convirtió en un derrumbe global cuando después de la quiebra de Lehman Brothers, en septiembre de 2008, el crédito se desvaneció para casi todo el mundo.
Casi todas las economías del mundo entraron en recesión. Pero al final resultó que las empresas reaccionaron excesivamente: si bien las ventas cayeron, no cayeron tanto como la producción.
Ese hecho dejó preparado el escenario de un rebote económico que comenzó a mediados de 2009, cuando la Oficina Nacional de Investigaciones Económicas determinó que la recesión había terminado en junio de ese año. Los fabricantes de todas partes del mundo informaron que las órdenes de pedido comenzaban a crecer rápidamente.
Revisión
La semana pasada, el gobierno anunció la revisión anual de los números de los últimos años. Los nuevos sondeos del gobierno revelaron que, durante 2009 y 2010, los norteamericanos gastaron menos de lo que se había estimado previamente en un amplio rango de rubros, como alimentos, vestimenta y computadoras.
La recesión habría sido más profunda y la recuperación, menos impresionante: la economía de Estados Unidos sigue siendo más chica que en 2007.
Volviendo a 1980, la recesión se desató cuando el gobierno -desalentado por sus intentos fallidos por contener la inflación- implementó controles destinados a limitar la expansión del crédito y a encarecer los créditos bancarios. La economía se congeló de inmediato. En julio terminaron los controles al crédito, y la recesión terminó ese mismo mes.
Para el primer trimestre de 1981, la economía había superado su pico anterior. Pero poco se había hecho con la inflación, y la Reserva Federal estaba decidida a terminar con ese flagelo. Con tasas de interés más altas, hacia fines de 1981 el consumo interno se hundió a su nivel más bajo desde que el gobierno empezó a realizar esa medición, en 1963. Ahora, están todavía más abajo.
No hay certezas de que hayamos ingresado en una nueva recesión. Pero se va extendiendo la percepción de que los problemas de fondo que llevaron a la recesión de 2007-09 no fueron solucionados. El valor de la vivienda no se ha recuperado, y son millones los norteamericanos que deben más por la hipoteca de sus casas que lo que sus casas valen. Las tasas de interés extremadamente bajas ayudaron a incrementar las ganancias corporativas, pero las empresas contrataron muy pocos empleados.
En cualquier otro momento, estos indicadores económicos habrían empujado a los políticos a competir en sus propuestas para revivir la economía. Pero hoy la mira está puesta en recortar el gasto.
A pesar de la oposición del Congreso, la Reserva Federal dio algunas señales de querer reanudar la compra de bonos del gobierno, algo que dejó de hacer en junio pasado.
Pero la nueva revisión de los datos económicos puede llegar a indicar que el programa de adquisiciones previo surtió menos efecto del esperado. Históricamente, los programas de estímulo al principio parecen dar poco resultado, hasta que el efecto acumulativo ayuda a impulsar una recuperación. Lo mejor que se puede esperar es que el estímulo que ya se había invertido demuestre haber sido suficiente.


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